Todos tenemos mensajes que a lo largo de nuestra historia nos han ido diciendo y nos han ido calando dentro. Hay mensajes positivos y negativos que en algunos casos condicionan nuestras acciones. Mensajes familiares, cargas generacionales.🗣👨‍👨‍👧

Palabras repetidas, adjetivos que nos hacen sentir, frases que retumban en nuestro corazón y en el cuerpo que se manifiesta cada vez que las escucha. 👄👂

Frases como: “ Se te dan mal los deportes” “ Te cuesta mostrar los sentimientos” “ Eres muy buen@” “Qué miedos@“ “Qué fuerte” 🕺⭐️💥


Esos mensajes van creando un personaje que se ha ido construyendo con vivencias que vamos teniendo, con las relaciones que establecemos con los demás y con la manera que tenemos de vincularnos con ellos.🎪🤹‍♀️

Hay mensajes que nos limitan y nos dificultan muchas veces nuestro crecimiento porque nos encasillan. Hay mensajes que nos alientan y nos motivan. 🎭

¿Eres consciente del personaje que le estás dando vida? ¿ Eres capaz de identificarlo? 👀

Toma consciencia de aquello que arrastras y que crees que no puedes cambiar. 😍🎯

Quizás te des cuenta que los límites te los estás poniendo TÚ🎯⭐️🌟💥💪

¿Has escuchado la palabra introspección?

La introspección  se entiende como la capacidad para analizar, observar, prestar atención y conectar con nuestro mundo interno (nuestros propios sentimientos, pensamientos, recuerdos y acciones)

 

¿ Para qué sirve?

La introspección te ayuda:

¿ Es lo mismo darle vueltas a las cosas que la instrospección?

Los psicólogos diferencian entre dos tipos de introspección:

No le tengas miedo a mirar hacia dentro, a detenerte y observarte.

“Quien mira hacia fuera, sueña; quien mira hacia dentro, despierta”.

-Carl Gustav Jung-

 

Ahora sentimos que nos caemos en un pozo de incertidumbre, miedos, sentimientos encontrados, sensación de desesperanza. 😢😢

La vida de un momento a otro ha cambiado y una pandemia arrasa a su paso a todos los rincones del planeta.🌏🌏💫
Una pandemia que ataca a quien se le pone delante.

En estas circunstancias adversas sale lo más profundo de nosotros, los sentimientos más básicos y los recursos más escondidos.🌘🌛🪐🌟
La adversidad toca la puerta y es la creatividad la que comienza a salir.🚪🔑

Mi trabajo me demandaba mucho tiempo y no tenía tiempo ni energía para dedicarme a las redes pero a raíz de la cuarentena, decidí activarme y publicar contenidos.💡💡

Además tuve algunos aprendizajes que me gustaría compartirles, recursos que tenía olvidados y que el ruido no me permitía conectar con ellos.

Conecté, reconecté y me fluyó :

– Mi parte teatral, estudié teatro y es una de mis pasiones pero no lo hago.🌄
– Mi parte deportiva, disciplinada y constante.🤸‍♂️🤸‍♂️🏋️‍♀️🎾
– Mi parte ermitaña y silenciosa.🧘‍♂️
– Mi parte perezosa, desganada.🙈
– Mi necesidad de establecer prioridades, poner límites y decir NO🚫⛔️

Soy consciente de que al incorporarnos a la rutina, es fácil volver a lo que estamos acostumbrados, pero si nos escuchamos, nos detenemos y reflexionamos, seguro que volvemos a conectar con lo que hemos aprendido de esta crisis.🚫❌⛔️

La vida y sus perspectivas. 👁👁

Todo es cuestión del ángulo en que miramos. 👣👀

¿ De qué manera miras? ¿De frente, de reojo, de lado? 👁👁👁👀👀👀

 

 

 

 

¿Respetas tus puntos de vista? ¿Te cuesta aceptar al diferente? ¿Miras siempre de la misma manera?

Hay muchas variables que influyen en nuestra mirada: estados de ánimo, personas, evolución, vivencias, etc.

Te animo a respetar tus distintos puntos de vista aunque aparentemente caigas en la contradicción. Somos seres contradictorios👤👤 y esa contradicción nos amplía la mirada.

Podemos mirar la misma situación de diferente manera. 👁👁Podemos evolucionar en nuestra mirada y lo que antes considerábamos imposible, podemos evolucionar y verlo posible.

Esta escultura me encanta. Siempre que la miro, la veo desde distintas posiciones y siempre veo algo diferente.👄🙈🙊🐵

¿Qué ves? ¿La asocias a algo en especial?

Yo veo una mirada profunda.

-A veces también veo unos ojos 👀sabios que están ahí para enseñarme el camino.

-Otras veces me evoca a recuerdos con mis padres, cuando he pasado por allí con ellos. Esa escultura les gusta mucho y siempre me preguntan por el artista ( y no sé quién es, si lo sabes, escríbeme) De alguna manera ver esta escultura me conecta con ellos, me ayuda a sentirlos cerca, aunque no estén.

También observo el arte en escena y el manejo de las formas con el movimiento del viento. Barcos, olas, brazos.

Atrévete a mirar y a percibir lo mismo desde diferentes perspectivas. 🙈🌟⚡️

Muévete, cambia de posición, amplia tu mirada, observa desde otro ángulo, quizás podrás percibir las cosas de otra manera.💁🏻‍♀️

El cambio es una palabra corta de pronunciar y larga de conseguir.

Voy a enumerar 5 aspectos a tener en cuenta.

*Un cambio no es un proceso fácil ni rápido, porque implica moverse en la incertidumbre y eso algunas veces aterroriza.

*Nuestro cuerpo nos da señales y el malestar aparece, porque algo no va bien.  Sudores, palpitaciones, ahogamientos. Pensamientos  invasivos, aterradores. Acechan los miedos, nos asustan, nos hablan y nos paralizan.

*El cambio tiene un previo y un deseo que puede durar años. En nuestra cabeza puede haber un plan, que lentamente se va configurando. Nos vamos preparando emocionalmente y poco a poco vamos creando una realidad para poderlo ejecutar.

* El  proceso de transformación va comenzando y con ello, el viaje hacia lo desconocido, ante el deseo de cambiar y de mejorar.

*El trayecto del cambio empieza por cada uno. No podemos pasarnos la vida culpando a los demás de nuestras desgracias y responsabilizarles del rumbo que vamos tomando.

¿ Eres consciente del rumbo que llevas? ¿ Te gusta el viaje que estás dando?  ¿ Crees que puedes cambiar de rumbo?

Plan de acción para el CAMBIO

*****¿ Dónde estamos? Ser libres implica tomar consciencia de los pasos que damos, de la manera de hacerlo, del lugar donde estamos y al que deseamos llegar.

*****¿Quien lleva nuestra vida? El piloto automático se enciende con facilidad. Coge el volante la rutina, la desgana, lo conocido, la vergüenza, el qué dirán, lo que esperan de mí. Son todos ellos quienes me llevan.  ¡ Qué cómodo es alguna veces ser llevado, ser sostenido y que sea el otro el que dirija mi camino! No me arriesgo, no me muevo, simplemente me dejo llevar. Estoy en lo conocido, con miedo de descubrir, apagando mi curiosidad. ¿Soy dueñ@ de él o él es dueño de mi? ¿ Cuándo se enciende tu piloto automático?  ¿Te das cuenta? ¿ Lo enciendes tú o las circunstancias?

****Llevar nosotros el volante. Ser dueños de nuestro destino y partícipes de nuestra historia. Elegir nuestras metas, recrear nuestros sueños y ejecutar nuestros deseos. Lleva de pasajeros también a tus miedos, a tus dudas, a tu incertidumbre, a tu malestar, no son tan malos compañeros de viaje.

Te invito a que seas consciente de TU piloto automático, que lo observes, lo conozcas, que seas tú el que decida cuándo encenderlo y cuándo apagarlo.

Te confieso un secreto que he descubierto. Me di cuenta que “mi” piloto automático era mi peor enemigo para el CAMBIO.

¿ Cuál secreto guardará el tuyo? Anímate a descubrirlo.

 

 

Se murió Pau Donés y la verdad no creí que la muerte de alguien a quien no conocí me llegara tan hondo. Me parecía guapísimo, la verdad que antes lo que me encantaba era su físico y su estilo de música, pero en estos días que me he adentrado en su mundo, en sus historias, en sus entrevistas, me ha llegado muy dentro de mi corazón y ha tocado mi alma.

Me gusta cómo ha vivido su vida, cómo le ha dado la vuelta a la tortilla, cómo ha logrado sacar lo positivo, cómo ha saboreado el ahora, cómo ha logrado ser libre, ha sabido volar y a sabido soltar para despedirse sin dramas.

!Qué difícil es hacerlo¡ No es nada fácil. Ver el lado bueno de las cosas implica estar y ser consciente de la riqueza de cada momento, atender nuestro mundo interno (nuestras sensaciones y emociones) , escuchar los susurros del presente y deleitarnos con lo que tenemos delante. AHORA es AHORA. HOY es HOY.

No quiero quitarle protagonismo al HOY. Pero me gusta tener un AYER, HOY y MAÑANA. Mi AYER me permite tener una historia, un pasado, unos recuerdos. Hay momentos donde la nostalgia es una excelente musa. Aunque en ese AYER también podemos llenar cubos de lágrimas, de recuerdos tristes y quedarnos extasiados mirándolos y tocándolos. Eso no lo exorcizo, creo que hay momentos en que la melancolía saca la creatividad a bailar… a soñar, a recordar, a sentir…pero no anclarnos en esos momentos…Conocer y reconocer dónde está el limite entre recordar, sentir o sufrir.

Soy una nostálgica y melancólica pura, creo que eso me ayuda a escribir… El AYER lo tengo muy presente, mi pasado, mis aprendizajes, mis muertos, la música y los momentos que evoco al escucharla. Soy visual, de olores, de sensaciones. Cuando escribo me gusta escuchar música y rememorar épocas, instantes, emociones. Reconozco que en esos momentos conecto pero a veces me excedo. Ahí es cuando debo estar atenta y parar.

Hay que soltar para agarrar… si nos anclamos en lo que pasó, quizás no podremos disfrutar lo que tenemos delante el HOY. Ese hoy, ese instante, ese segundo que sino despistamos se nos va como el HUMO como dice Pau Donés en su canción. Vivir él ahora. En la vida a veces cuesta encontrar el equilibrio, nos aferramos al pasado y nos invade el futuro.

Me gusta pensar en el MAÑANA. Llenarme de sueños, ilusiones, proyectos, aventuras, emprender viajes a rumbos desconocidos, volar.. Aunque reconozco que vivir en el MAÑANA puede llegar a causarnos sufrimiento. Las sensaciones físicas pueden embriagarnos, palpitaciones agitadas y ahogos en el corazón que nos dejan sin aliento. Ese futuro que nos aterra, que nos llena de miedo y nos paraliza. Anticiparnos a lo que pasará desde la angustia hace que nos embadurnemos de incertidumbre y que los bloqueos que nos inmovilicen. Es ahí cuando la ansiedad toca nuestras puertas. ¿ Y si? Esa pregunta que proviene del miedo..
Reivindico el MAÑANA a pequeñas dosis nos ayuda a planificar, a soñar, a ilusionarnos, a visualizar, a lanzarnos y a encauzarnos..

AYER, HOY, MAÑANA… La VIDA misma. ¿Ayer, hoy, mañana?¿Con cuál te quedas? ¿Se trata de elegir? ¿ O se trata de saber mezclar? ¿ O se trata de vivir cada momento conscientemente? De cada uno de nosotros depende la manera en que vivimos, la responsabilidad la tenemos nosotros. Todo construye y destruye a la vez. Yo me quedo con que a través de estas lineas he recordado el AYER, me he conectado y disfrutado con él HOY y me he puesto a planificar mi MAÑANA con ilusión. Estar despierto en el AYER, HOY y MAÑANA. Ser y estar en esta VIDA.

Hoy escribo después de casi un mes en casa a causa del confinamiento por el COVID-19. He estado realmente en cuarentena conmigo misma, me he sentido culpable al ver como múltiples profesionales de la salud mental utilizan sus redes para acercarse a todos y para acompañar en estos momentos a cada uno de esos corazoncitos que sufren.

Yo no podía, estaba bloqueada, no me salían las palabras y cada vez que intentaba sentarme a escribir, las emociones me invadían y no dejaban que fluyera la inspiración. Era como si estuviera en una pesadilla que no me permitía ver con claridad lo que estaba sucediendo. Me preocupaba mi familia, mi entorno, mis amigos, mis lindos y amados pacientes, mis compañeros de trabajo, etc. Los demás eran mi intranquilidad, no podía sentirme y ni tocar lo que me estaba removiendo y preocupando. Me angustiaba no ser capaz de estar a la altura de las circunstancias y no poder ayudar, o no saber estar en estos momentos con mi familia, con mi entorno y con mi trabajo. Así que bajé mis defensas para permitirme estar perdida y adormilada por la situación. Deje fluir ese letargo y poco a poco he podido reflexionar sobre lo que está ocurriendo. Después de este tiempo de reflexión he decidido escribir unas palabras.

Estamos ante una situación nueva, inesperada, que hace que nuestra vida y nuestros hábitos cambien radicalmente, se evidencia de una manera abrupta nuestra salud mental y nuestra capacidad para adaptarnos. No es nada fácil hacerlo, la incertidumbre que esto conlleva a todos los niveles física, emocional y económica hace que nos perdamos en el futuro y que nos impida valorar este momento único. Me parte el corazón los muertos, la ausencia de despedidas, la pobreza, la vulnerabilidad de nuestros seres queridos más ancianos y tantas cosas que estamos viendo ahora mismo. Nuestros mayores están en riesgo, esos seres de cabezas blancas, corazones sabios y rojos. Ese libro abierto, esas bibliotecas de saber y conocimiento, están en peligro.

En mi caso gracias a las personas mayores que han estado en mi vida he tenido momentos irrepetibles, han sido y son mis mejores tesoros. He tenido la suerte de poder compartir con mis cuatro abuelos y de tener varias íntimas amigas octogenarias. Con ellos he podido ampliar el horizonte de mi mirada, comprobar que el paso del tiempo, es ahora, que el instante es el que podemos inhalar y el que no volverá. He aprendido que hay que construir un baúl de recuerdos y anécdotas, los cuales hay que guardar, atesorar, valorar y de vez en cuando desempolvar. Así que desempolvando mi baúl, he recordado todas esas conversaciones con ellos, palabras pausadas, llenas de anécdotas, de sabor, de corazón. Su sabiduría al hablar saboreando lo que se cuenta, su capacidad para recordar lo bueno y lo malo desde la perspectiva del paso del tiempo, sus habilidades de cuidar, querer y mimar a quienes les visitaban. Ellos no tenían una actividad productiva que les hiciera salir mucho de casa, pero cada vez que les visitaba o hablaba con ellos, viajaba, me llenaba de historias, de mimos y de aprendizajes vitales.

Esta ha sido una pausa impuesta, un viaje hacia nuestro interior no deseado por alguno de nosotros. Una prueba para soportar la incertidumbre, para gestionar nuestras emociones. Esto que está sucediendo es una cura de humildad y nos recuerda lo vulnerables que somos. Nos invita a darle importancia al cuidado de nuestro ser y él de los demás. A mirarnos y a reconocer nuestras debilidades y nuestras fortalezas.

Saben que aunque vivo en una isla, no he tenido mucha familiaridad con el mar y sus recovecos. He nacido en un valle, rodeado de verdes montañas, de fauna y flora increíble como la refleja mi querida amiga Catalina Estrada con sus colores y formas.

Estando aquí conocí la historia de los faros. No tenia ni idea de que los faros fuesen diferentes, únicos e irrepetible, esto me pareció mágico. Pensaba que todos eran iguales. Kata Zapata una talentosa ilustradora me cedió esta preciosa imagen para recrear uno de ellos.

Ahora mismo con esta situación, cada uno tiene su faro particular, ese faro que le guía y le ilumina cuando no se logra encontrar el norte. Cada uno utilizará sus recursos y sus aprendizajes para poder llevar esto, lo mejor posible. La particularidad de cada faro es mágica, cada uno alumbra un lugar diferente y le guía hacia el destino que cada uno necesita.

Me gustaría que reflexionáramos sobre nuestro propio faro. ¿Eres consciente de él? ¿ Qué cosas te están ayudando en este momento? ¿ Qué descubrimientos estás teniendo de ti mismo y de los demás? ¿ Cuáles son las motivaciones que tienes cada día para sobrellevar esta situación? ¿A quienes o a qué recurres cuando las cosas no van tan bien? ¿ Eres consciente de tus propios recursos y herramientas ante esta crisis?

Así es nuestra vivencia en esta situación, cada uno la elaborara como puede, quiere y necesita. Y cada uno sacará de sus recursos y caja de herramientas, las que sabe o nuevas que quizás no conocía.

En mi caso este faro, lo represento como mi refugio interno que me permite no perderme en estas circunstancias. Un refugio luminoso qué concentra personas que ya no están y me acompañan, mi red de apoyo, las vivencias y aprendizajes que he tenido ante situaciones complicadas, capacidad de agradecimiento por el día vivido y los momentos compartidos, permiso para estar mal y aceptar mis sombras, compasión ante los otros, la responsabilidad de tener una hija por quien luchar, el deber de cumplir con mi trabajo honesta y responsablemente en estos momentos de adversidad, tomar conciencia del cuidado físico-emocional, y la confianza de que saldremos unidos de esto. Un faro que siempre tendré y que quizás no lo valoraba tanto como ahora.

¿ Qué pasará? ¿ Cómo regresaremos después de todo esto? No seremos los mismos está claro. Cito a Haruki Murakami: ” Y una vez que la tormenta termine, no recordaremos como lo logramos, como sobrevivimos. Ni siquiera estaremos seguros si la tormenta ha terminado realmente. Pero una cosa si es segura, cuando salgamos de esta tormenta, no seremos las mismas personas que entramos en ella. De eso se trata la tormenta”

Una tormenta que me permitió descubrir, observar y construir “mi propio faro” con luz y amor.

Cada 22 de diciembre nos levantamos y ponemos la radio o la televisión para seguir en directo el sorteo, los niños del Colegio de San Ildefonso se convierten en la voz de la ilusión de todos los que agarran con fuerza su décimo para que resulte ganador. En el año de 1971 un alumno de esta benéfica Institución, el niño de siete años, Diego López, sacó y cantó el premio. Desde entonces, año tras año, los alumnos primero, y desde 1984 también las alumnas, han prestado su colaboración con la lotería, transformándose en parte integrante de la historia de la Lotería Nacional, que a su vez es una de las más antiguas del mundo.

Yo me incluyo en esas personas que juegan y que están pendientes de ver si ha tocado algo. Hoy me puse a pensar lo que significa  “ganarse la lotería”. Creo que el significado se lo dará cada uno dependiendo de sus sueños, sus deseos, sus necesidades… De lo que para cada uno es importante y valioso.

No somos conscientes quizás que en ciertos momentos nos hemos “ganado la lotería”.  Cumplimos sueños, deseos, somos afortunados de afectos, de vínculos. Sí pienso en “mi lotería particular” diría que tengo millones de sonrisas, de abrazos, de corazones, de almas que me hacen muy rica. Intento tener la sabiduría necesaria para saber cuidar mi fortuna e incluso incrementarla.

Cada uno de nosotros es responsable de hacerse “rico o pobre” no hablo de dinero sino de afectos. Hay gente que tiene una cuenta corriente con mucho dinero pero en su vida afectiva es pobre de afectos, sin embargo he conocido mucha gente que tiene muchas dificultades económicas y su vida afectiva es millonaria.

No hablo de que el dinero no sea necesario, lo es y además permite tener mucha tranquilidad, pero eso no significa que sólo es rico quien tiene dinero. Es rico quien es capaz de hacer la vida mas amable y se lo hace también a los que les rodean.  Podemos jugar día a día a esta lotería, invertir en nuestras relaciones, en nuestras familias, en nuestras almas, alimentar nuestro corazón para hacerlo cada vez mas rico de afectos. Somos seres sociales que necesitamos vincularnos, pero de nosotros mismos depende la manera de hacerlo si desde la pobreza o desde la riqueza.

Tengo mis propios tesoros. Me rodeo de personas que admiro mucho, gente que me enseña y me enriquece. En la cafetería donde desayuno siempre me regalan sonrisas y me cuidan con cariño para empezar el día, al igual que en el lugar donde me tomo el café me atiende un chico que es todo dulzura, me lo sirve con tanto afecto que cuando me voy, me doy cuenta de lo bien que me sienta su presencia y sobretodo la actitud que le pone a la vida. Pacientes que me abren su corazón, desnudan su alma y en cada sesión me hacen un regalo. Profesionales que entregan todo y que ponen una sonrisa incluso cuando las cosas no salen bien, intentando cada día hacer de su vida y la de los demás, algo mejor. Mis amigos que siempre están ahí, esa tribu que son como mi familia. Mi familia que a pesar de la distancia me hace sentir acompañada, cuidada y querida. Conocidos que cuando me tropiezo me regalan una mirada y una sonrisa. Y esos desconocidos que te tropiezas y con su amabilidad te alegran el día. A todos estas personas muchas gracias. Cada uno de ustedes hace que mi fortuna se incremente además me ayudan a creer en el ser humano, a darme cuenta que el mundo también tiene buenas personas, que podemos rodearnos de gente que endulza nuestro corazón y nos hace la vida más maravillosa o nos ayudan a pasar la oscuridad con menos dolor. Mascotas que nos calientan el corazón con su presencia. La vida no siempre es fácil y esta riqueza hace que cuando los problemas tocan a nuestra puerta, podamos llevarlos mejor.

Gracias a todas las personas que hacen parte de “mí lotería particular”, personas que quizás no saben lo agradecida que estoy de poder disfrutar de ese viaje con ellas, pero que hoy las honro.

Recurro a esta frase que me encontré y la publiqué en Facebook. ” El secreto querida Alicia, es rodearse de personas que te hagan sonreír el corazón. Es entonces y sólo entonces que estarás en el pais de las maravillas.”

Así que te cuento un truco: ” Rodéate de esas personas e intenta hacer sonreír el corazón de cada una de las personas que te encuentras, quizás de esta manera podrás tener la oportunidad de ganarte lotería. Siempre hay un 22 de diciembre en cada día”

 

Estoy sentada en el médico esperando a que me atiendan. Al llegar veo mucha gente en la sala de espera y mi mente empieza a activarse al igual que mi cuerpo.

Ufff que agobio. ¡Cuánto tengo que esperar!

Miro a mi alrededor las distintas actitudes. Hay quien se lo toma con calma y espera sentado mirando lo que ocurre a su alrededor. Otras personas aprovechan y leen un libro que tienen en su bolso, personas previsoras que disfrutan y aprovechan la lectura en cualquier lugar y momento. Otros se sumergen en la tecnología, música, correos, whatsapp, vídeos, todo ese mundo que internet nos ofrece. Algunos interactúan y sonríen con su vecino, cada mirada es acompañada de una sonrisa cómplice para que la espera sea más llevadera. Hay quien protesta, quien va a la recepción a preguntar qué pasa. Si le atenderán pronto o si le pueden cambiar la cita. Otros vienen con su acompañante y disfrutan de la charla mientras van pasando los minutos. Hay encuentros casuales, amigos que se reencuentran después de muchos años. Otros trabajan mientras esperan. Miles de sentimientos y sensaciones bailan al unísono durante la espera. Se mezclan, se observan, se atenúan o se acentúan. Unos a otros nos vamos contagiando. El cuerpo habla también en esta espera.
Me sorprende la serenidad y la calma de otros. Ese estado casi meditativo y presente sin pretender que las cosas sean diferentes sino aceptando la realidad con sus múltiples matices. Me doy cuenta de la capacidad que tenemos de dejarnos llevar por el malestar de nuestro alrededor. Se contagia más el nerviosismo que la calma.

¿Cómo eres tú? ¿Que sabor tiene tu espera? ¿Te contagias con los sentimientos y actitudes de los demás? ¿ Cómo te lo tomas?

Por fin me llaman y me piden los volantes y la tarjeta del seguro médico. Ohhh busco en mi bolso enorme lleno de cosas y no veo mi agenda con los volantes del seguro.. Ayyy después de tanta espera, pienso. Busco mejor y los encuentro, menos mal. La recepcionista sorprendida me mira. ¿Y la tarjeta? me pregunta: No la tengo, le respondo. La he dejado en casa. ( el otro día al escanearla, no la quite del escáner) Mi cuerpo tiembla. ¿Dónde tengo mi cabeza? Pretendo estar en todo y no puedo abarcar tanto. Busco en mi móvil y encuentro el email que envié con la tarjeta escaneado. A pesar de que se ha solucionado me enfado conmigo misma un segundo, pero me pregunto: ¿ Vale la pena ese enfado? Y me contesto: Debo quedarme con lo bueno.

En todo este proceso tomo consciencia de mucho. Tomo consciencia de lo apurados que vivimos, de la dificultad que tenemos de esperar, de la vida que llevamos y la importancia de saborear cada momento.

El sabor de mi espera me gusta. Ese sabor que ido degustando mientras me atienden va cambiando y me sorprende. Además gracias a ella he podido detenerme para plasmarlo en estas líneas. Ese sabor de la espera ha hecho que la inspiración toque mi corazón.

Termina el proceso con una médico amable y cariñosa que se despide diciéndome: “Manuela que tengas un buen día.”

Mi espera valió la pena.

 

La realidad es cruel a veces, no es fácil mirarla de frente porque podemos asustarnos con lo que podemos encontrarnos. Cuando estamos en un pozo donde no vemos salida preferimos nadar en el y evitar mirar a la superficie el enorme océano que tenemos delante. Se nos hace infinitivo ver tierra firme. La mente nos juega malas pasadas y hace que veamos todo con menos claridad, menos despiertos.

Esto lo he visto muchas veces en terapia. Ese primer paso de mirar la realidad nos aterroriza, sabemos que en ese espacio conectaremos con los miedos, temores de años atrás y angustias empolvadas. Todos hemos huimos de nuestras cosas, de nuestras sombras, de nuestros miedos. Cuando estamos huyendo nos cuesta confiar en nosotros pues tenemos esas gafas de negatividad y miedo. Huir es una salida válida ante un peligro inminente, pero a veces no es tan adaptativa cuando el peligro es imaginario. ¿ Te has puesto a pensar si esas escenas angustiosas se han hecho realidad?

Esta semana vi una frase que me hizo reflexionar sobre esto. ” Es mejor estar locos de alegría que cuerdos de dolor.” Marguerite Yourcemar.

La interpreto como si a veces fuese necesario estar en la fantasía, en el mundo irreal para quedarnos en el disfrute y la alegría, bajar a la realidad a veces implica dolor y toma de conciencia. Ese niño interior que hay dentro de todos nosotros, que juega sin tener noción del tiempo, que sueña sin límites, que recrea lo imposible, que se sumerge en un mundo donde no hay tantos “tengo”, hay más “quiero”. Para ese niño el día está lleno de sorpresas por descubrir y cree que todo es posible. Poco a poco ese niño despierta y se va topando con la realidad, la responsabilidad. Dos R que están presentes hasta nuestra muerte. La realidad impera. Ese mundo adulto del que a veces tenemos la necesidad de huir. El contacto con la realidad nos hiere muchas veces. Esas heridas no se sanan sino se abren cunetas de fantasía, apoyo, pausa, cordura. Esas cunetas en medio de la inundación no se ven, pero ahí están. El agua tiene su cauce y hay que ayudarle a dirigirla para no desbordarse. Necesitamos ser responsables de construir nuestras cunetas, nuestros desahogos, nuestro cauce sin creernos que somos el centro de todo. Somos seres limitados, que no somos invencibles y que no podemos abarcar todo. Conocer nuestras carencias, nuestras fortalezas. La realidad no la podemos controlar aunque nos gustaría.

Desbordarse no es nada malo, es necesario. Necesitamos soltar para poder agarrar, necesitamos soltar el miedo para poder agarrar la confianza. ¿ Qué nos impide volver a confiar? ¿ Volver a creer que podemos lograr lo que nos proponemos? Parece que las heridas son tan profundas que nos duelen y nos impiden movernos. Heridas viejas, oxidadas que no quieren que avancemos, boicotean nuestro camino.

Aquí salen las dos R ( Realidad y Responsabilidad)  para intentarnos darnos dosis de sensatez y confianza. Somos responsables de nosotros, debemos cargar con lo nuestro y no culpar a la humanidad de lo que sucede. Tu eres tu propio capitán y eres tu quien decide tu rumbo. Respirar la realidad con pausas de locura, con pausas de sueños y recrear cosas imposibles.

Para vivir en la realidad hay que tener esas dosis de locura. Como dice la frase: ” Se necesita mucha locura para soportar tanta realidad.”

Esta es una amistad eterna, que necesita la una de la otra. Soñar y aceptar, imaginar y afrontar, evadir y confrontar, huir y reconocer. Seguro que a ustedes se les ocurrirán muchos ejemplos de esta sólida amistad.