Gustavo Cerati dijo una vez: ” Saber decir adiós, es crecer.”
Esa frase ahora mismo cala en mis huesos, en mi alma encogida, en mi corazón. Tengo que despedirme. Me siento como una niña pequeña cada vez que me separo de mi familia, de mi tierra, de mis recuerdos, de mis historias. ¿ Acaso no dimensioné lo que significaba marcharme y dejar toda una vida atrás?
He construido una vida pero cuando vuelvo a mis raíces, es como si ellas tiraran de mi y no quisieran que me marchara.
¿ Por qué me cuesta soltar? ¿ Por qué me cuesta decir adiós?
Solo brotan lágrimas de agradecimiento, de dolor. Me duele dejar a mis padres, saber que el tiempo es implacable, las arrugas aparecen, las canas afloran, el cuerpo se debilita y el alma busca cobijo. Me gustaría tanto estar a su lado para cuidarlos como ellos lo han hecho conmigo. He sido una persona muy familiar, me gusta compartir con ellos, disfrutar de instantes, cosechar momentos y recaudar recuerdos.
He elegido este camino y se que hay un aprendizaje en el, pero a veces me gustaría renunciar y dar vuelta atrás.
El tiempo que paso con ellos lo exprimo al máximo, me impregno para guardarlo en un sitio especial para poderlos recordar. Son muchos kilómetros lo que nos separan y quiero tenerlos cerca.
Recordar es volver a sentirlos.
Hoy mi corazón se siente triste, me invade el vacío y la nostalgia.
Me despido de mi tierra, de mi familia, de quienes quizá no volveré a ver pero siempre estarán en mi corazón.
Me despido con mi cuerpo pero no con mi alma.

Al ver esta imagen me pareció que ilustraba lo que es nuestra vida. Vamos tejiendo nuestra historia, vamos tomando globos que van dándole significado a nuestra vida. Cada uno tiene un significado, un aprendizaje, una oportunidad, una dificultad… Y poco a poco vamos creando nuestro abecedario y nuestro mapa emocional.

El tiempo pasa, nosotros cambiamos, tomamos nuevos rumbos, conocemos determinadas personas, visitamos distintos lugares, construimos distintas historias, pero hay cosas que se mantienen intactas y guardadas en un lugar preciado. Vamos construyendo nuestra vida con recuerdos, con vivencias, con relaciones. Vamos tomando caminos, ciertas direcciones y decisiones que van condicionando nuestra historia.
La vida nos da la oportunidad de rectificar, de tomar nuevas direcciones y de valorar lo que tenemos y hemos construido. A veces no nos escuchamos ni nos damos el tiempo de parar un momento para identificar cómo nos estamos sintiendo, de valorar la vida que estamos llevando y de analizar lo que esto despierta en nosotros. Somos responsables de nuestro camino, de nuestras elecciones, de nuestras decisiones y por eso es importante de vez en cuando hacer balances vitales. ¿ Deseo continuar en esta dirección? ¿ Soy consciente de lo que me rodea? ¿ Construyo puentes a mi alrededor o muros? ¿ Cómo es mi camino? ¿ Sabes reconocer si estas en el camino indicado?

Algunas veces queremos abarcar mas de lo que podemos y no nos damos cuenta de la importancia de las renuncias, de dejar, de soltar para reconectar. Reconectamos con nosotros mismos valorando lo que nos construye, soltando lo que nos hace daño, tomando consciencia de lo que llevamos y responsabilizándonos de las decisiones que tomamos.

Es importante conocer las fichas que tengo para jugar en la ruleta de la vida, conocer mi historia, conocer mis flaquezas, mis fortalezas…
Si me conozco podré vivir siendo mas consciente de quien soy, si reconozco lo que tengo conmigo podré valorar las cosas que me hacen feliz y las que no.

Mira por un momento lo que te ha construido y agárralo fuerte, seguro que a veces no valoras eso que te ha ayudado a ser mas feliz. Mira también aquello que te ha hecho daño, no te aferres, intenta tomar distancia y aligera la carga.

Eres tu con tus globos, quien construye tu historia y quien es el protagonista de tu propia VIDA.

Hoy me he despertado reflexionando sobre la manera como vemos las cosas, como percibimos nuestra realidad y cómo hacemos una interpretación de ella.
No somos conscientes de que nuestra mirada en algunos momentos no es completa y que no estamos viendo nuestra realidad al 100%. Nuestra realidad la percibimos de acuerdo con nuestras experiencias, con los modelos que vamos adquiriendo, al contexto social en que vivimos, todo esto influye para que nuestra mirada sea parcial e impregnada de un filtro particular.
Aumentar la visión, tener una perspectiva más amplia, nos ayuda a mirar lugares que no estamos acostumbrados, que no creemos a veces que existan.
Tenemos un ojo tapado y quizá no somos conscientes de ello. Destapar ese ojo cuesta, encandila, atemoriza, el cambio no siempre es bien recibido y muchas veces queremos volver a lo que conocemos y a lo que estamos acostumbrados. Ese filtro muchas veces en las adversidades nos impide ver otras perspectivas y soluciones. Esto te lo puedo ilustrar con un ejemplo cotidiano. ¿Cuántas veces al hablar con alguien, cambiamos nuestra opinión o nos ayuda a entender la realidad de una manera diferente? Esas personas nos destapan nuestro ojo, nos amplían el campo de visión y muchas veces nos aligeran la carga del problema que nos aqueja. Soy partidaria de hablar, de soltar y compartir puntos de vista, es terapéutico y sanador.
Hay muchas personas en mi vida que me han ayudado a destaparme el ojo, a tener una mirada mas amplia y a ser capaz de percibir la realidad con otros filtros. Seguramente algunas veces vuelvo a taparlo, pero soy consciente de cuando lo estoy haciendo.

Dedicado a todas esas personas, situaciones, seres, emociones que se van pero que están presentes en la memoria de nuestro corazón. Seres de luz que nos iluminan y nos acompañan aunque no estén. Seres ausentes/presentes.
Están en el país de los recordados como dice la película “El libro de la vida” y al ser recordados siempre están presentes dentro de nosotros y nos cuidan.
La pérdida duele en el alma y sangra en el corazón. Eso es inevitable. Duele mucho…
Al principio duele hasta desangrarte pero poco a poco se va cicatrizando y se va aliviando un poco el dolor. Esa herida a veces duele más cuando la tocas o vuelves a revivir situaciones similares.
Los abrazos son importantes, una palabra, un gesto, una señal, necesitamos pertenecer a una tribu y que esa tribu nos acompañe en esos momentos.

Yo pertenezco a esa tribu y hoy quiero acompañar a unas almas tristes que lloran por una pérdida. Estoy con ellas de ALMA A ALMA Y DE CORAZÓN A CORAZÓN.

Hoy honro el dolor de la pérdida, dejo que las emociones fluyan libremente y espero pacientemente a que se vayan cicatrizando las heridas.

UN ABRAZO ETERNO A ESAS ALMAS VIAJERAS

 

“Si puedes curar, cura, si no puedes curar, alivia y si no puedes aliviar, consuela.” Augusto Morri.
No siempre se puede curar pero si estar ahí y consolar.

He tenido muchos maestros que me lo han enseñado, personas que me han tocado la puerta con la necesidad de ser escuchadas para poder aliviar su sufrimiento.
Decidí en un momento de mi vida que quería ayudar a personas que padecieran cáncer, o que lo hubiesen padecido.
He dejado que la música de mi corazón les hable.
“La música es el arte más directo, entra por el oído y va al corazón.”
Magdalena Martínez
De corazón a corazón

 

 

A veces sentimos que no podemos parar, que la vida tira de nosotros y que no podemos detenernos. Entramos en la inercia del movimiento, de las responsabilidades y no tenemos el timón. Parece que delegamos en las obligaciones, en las circunstancias, en las personas, la responsabilidad de cuidarnos, de sentirnos, de conectar con nosotros.
¿Cuándo nos detendremos ? ¿ A qué esperamos? ¿Por qué permitimos que los ritmos los marquen otros y no nosotros?
Asumir mi rumbo, supone mas responsabilidad y aparecen los miedos. Prefiero culpar a las circunstancias que admitir que soy yo el que marca el ritmo. Todo es una elección, dónde hay renuncias también.
” Y  llega el día en el que uno es responsable de la vida que quiere vivir, con quienes estar, hacía dónde ir y a qué ritmo caminar.”

 

Parece que estamos más habituados a las palabras o las descripciones, nos salen con más facilidad. ¿Pero si vamos un poco más?
Todos los lunes junto con dos terapeutas llevamos un grupo de terapia y en la última sesión se veía esto con claridad, se describía algo pero cuando preguntábamos : ” ¿ Dónde lo sientes? Párate un momento en la emoción. Ubícala.”
Costaba encontrar su lugar…
¿Somos conscientes de los lugares de nuestras emociones? ¿Dónde están ubicadas las señales que emite nuestro cuerpo?
Quizás si empiezas a conocer ” tu” mapa emocional podrás conocerte mejor.
“Nuestro cuerpo tiene un lenguaje poético que ha de ser sentido antes de ser entendido.”
Verónica Lassus

 

” Cuánto más queremos a los pacientes, más les ayudamos en su mejora. Y cuánto más se dejan querer, les resulta más fácil mejorar.”
Extraído del libro: El laberinto Humano

¿Que es una psicoterapia?
Concibo la psicoterapia como un encuentro entre dos seres humanos, tú y yo. Un encuentro que poco a poco va generando un clima donde el afecto, la confianza, la confidencialidad, la cercanía van a permitir que te sientas seguro y que puedas abordar lo que te está generando sufrimiento. Este entorno, es un entorno seguro y libre de juicios que ampliará tu conciencia para poder entender y analizar mejor lo que te está pasando. Te ayudará a asumir tu responsabilidad, a potenciar tus propios recursos, a reconocer tus ruidos, a despertar, a mirarte de una manera más libre y auténtica, a mejorar tus relaciones con los demás para poder llevar tú las riendas de tu vida.
Un recorrido a través de tus recuerdos, de tus vivencias que te permitirá revivirlas y poderlas reelaborar de otra manera para que tengan otro significado.
Le terapia crea puentes, establece conexiones, sintonías, que permiten entrar en lugares que no estaban iluminados. Ese lazo de amor que se va creando facilita el transito y te va a permitir conocerte mejor.
Son dos corazones que se acercan, que comparten un mismo lenguaje.

Se que a lo mejor al leerlo te puede parecer algo muy utópico e inalcanzable, pero créeme que lo he probado y merece la pena dedicarte un tiempo a ti.
” Tu tienes el mapa, yo llevo la linterna.”

 

Todos solemos tener un “pepito grillo”. Una voz interna que nos habla. Esta vocecita puede ser amorosa, compasiva o castigadora y exigente. Nos puede ayudar a avanzar pero también nos puede impedir que avancemos.
¿ Cómo es “tu pepito grillo”?
¿Eres consciente del traje que lleva? ¿ Es tu amigo o tu enemigo?
Escúchalo y sino te gusta el traje cámbialo de ropa a ver qué pasa..

 

 

 

Las puertas se abren y se cierran, se encuentran y se esquivan.

Las palabras, las emociones, van abriéndonos nuevos caminos y descubriéndonos rumbos diferentes.

A veces nos cuesta abrirlas y esperamos a que alguien las abra para continuar o por el contrario las dejamos abiertas y no sabemos cerrarlas.

” Sigue tu felicidad y el universo abrirá sus puertas para tí, en aquellos lugares dónde solamente había paredes. ” Joseph Campbell

Ellas están ahí… Para que las abras o las cierres.