Hoy no tengo voz. Llevo dos días sin voz y me doy cuenta de lo importante que es tenerla. Quise reflexionar sobre esto, porque creo que a veces no tenemos voz aunque no estemos afónicos. No podemos expresarnos, no podemos soltar las angustias que tenemos, no podemos gestionar los conflictos y las palabras no fluyen.

Para recuperarte de una afonía te dicen que debes estar callado, no hacer esfuerzos con la voz, beber mucha agua y paciencia. Estos días de silencio me han ayudado a ser consciente de la importancia de la expresión en todas sus facetas. En ser capaz de expresarte, aunque calles. De explorar otras formas de expresión.

No nos damos cuenta que cuando expresamos algo es mucho mas fácil analizarlo, lo llevo al terreno físico por ejemplo: un tumor que sobresale tiene mejor pronóstico que uno que crece internamente. Lo que no sale muchas veces nos habla por dentro y nos hace daño. Nos escuece el alma y encoge el corazón. En la terapia vamos creando el hábito de expresar, de hablar, de sacar, de soltar y de poder analizar desde la distancia. Cuando están dentro las angustias o las alegrías también no les ponemos cara y al ponerle cara a los sentimientos nos es más fácil conocernos y reconocernos.

La expresión no es sólo hablar, no es sólo decir. Expresar es ser capaz de manifestar lo que se siente o piensa. Es decir que hay muchas maneras de hacerlo: tocar, sentir, mirar, sonreír, etc.  El arte, la escritura, las caricias, los abrazos, son muchas formas de expresión y de comunicación. Podemos llegar al otro de muchas formas.

Aqui les comparto una imagen que no hace falta palabras para expresar un sentimiento. Te invito a explorar el mundo de la expresión contigo y con los demás. Si sólo nos detenemos  en lo que se dice, probablemente nos quedamos con un mensaje incompleto. Cada persona tiene un gesto, una actitud, una mirada, algo mas allá de la palabra.

Así que bienvenida afonía que me ha hecho tomar consciencia de todas las formas de comunicarnos y del arte de expresarnos.