En un congreso al que asistí hace ya unos años en Teruel uno de los conferenciantes dijo algo que me gustó mucho. ” Considero que los psicoterapeutas somos unos restauradores, no creamos cuadros. ”  Este planteamiento lo comparto. En la terapia el paciente observa su cuadro, se hace responsable de su historia, sin desconocerla, sin borrarla. Ve sus grietas, si le hacen daño las reconstruye, pero sabe que están ahí. Aligera su carga y la hace más liviana. Cada uno decide como llevar su historia, siendo consciente de lo que le sucede, poniendole palabras al sufrimiento se va aligerando el peso. No somos conscientes de las cargas que llevamos, en algunos casos es la enfermedad es la que nos avisa ( problemas gástricos, migrañas, contracturas musculares, etc) En otras ocasiones quizás no es tanto el peso que llevamos, sino de la manera como lo vivimos. A veces algo que vemos enorme puede no serlo. Sólo es cuestión de tomar un poco de distancia y mirar en perspectiva. En la terapia tomamos distancia de lo que nos sucede para poder analizarlo mejor.

¿ Cómo llevas tu historia? ¿ Te aprisiona? ¿ O la reconoces y aprendes de ella?

Nos han enseñado a ser responsables con los demás y no con nosotros mismos. Parece que tenemos el SI automático, nos metemos fácilmente en la rueda del TENGO QUE y pocas veces nos preguntamos lo que DESEAMOS, lo que NOS APETECE, lo que NECESITAMOS.

Lo veo con los niños, ¿ les preguntamos que desean? ¿O les imponemos hacer cosas constantemente? Parece que les vamos cortando su capacidad de decidir, de hacer y de sentir. Cuando somos adultos, somos unos adultos con muchas obligaciones que cada vez nos pesan más y nos hacen menos libres.

Con la terapia voy recobrando la LIBERTAD. Al ser mas responsable de mi, me siento mas LIBRE.

Ir a terapia es un arte, es una ciencia donde el alma se expande, se expresa, el corazón siente, la boca pone palabras, el cuerpo se manifiesta. Es un arte, donde el terapeuta escucha la música del paciente y dónde el paciente aprende a escuchar y a reconocer la suya propia. Los terapeutas somos restauradores de arte, el arte de ir a terapia.