Hoy me he despertado reflexionando sobre la manera como vemos las cosas, como percibimos nuestra realidad y cómo hacemos una interpretación de ella.
No somos conscientes de que nuestra mirada en algunos momentos no es completa y que no estamos viendo nuestra realidad al 100%. Nuestra realidad la percibimos de acuerdo con nuestras experiencias, con los modelos que vamos adquiriendo, al contexto social en que vivimos, todo esto influye para que nuestra mirada sea parcial e impregnada de un filtro particular.
Aumentar la visión, tener una perspectiva más amplia, nos ayuda a mirar lugares que no estamos acostumbrados, que no creemos a veces que existan.
Tenemos un ojo tapado y quizá no somos conscientes de ello. Destapar ese ojo cuesta, encandila, atemoriza, el cambio no siempre es bien recibido y muchas veces queremos volver a lo que conocemos y a lo que estamos acostumbrados. Ese filtro muchas veces en las adversidades nos impide ver otras perspectivas y soluciones. Esto te lo puedo ilustrar con un ejemplo cotidiano. ¿Cuántas veces al hablar con alguien, cambiamos nuestra opinión o nos ayuda a entender la realidad de una manera diferente? Esas personas nos destapan nuestro ojo, nos amplían el campo de visión y muchas veces nos aligeran la carga del problema que nos aqueja. Soy partidaria de hablar, de soltar y compartir puntos de vista, es terapéutico y sanador.
Hay muchas personas en mi vida que me han ayudado a destaparme el ojo, a tener una mirada mas amplia y a ser capaz de percibir la realidad con otros filtros. Seguramente algunas veces vuelvo a taparlo, pero soy consciente de cuando lo estoy haciendo.
Mi ojo tapado
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